Alfred tenía que saberlo. Decidida, Laura salió sin hacer ruido, Roy aún dormía.
Cogió su coche y se dirigió a la casa grande. Aparcada frente a ella pensaba qué iba a decir. Un golpecito en la ventanilla trasera la sacó de sus cavilaciones.
-Vaya, vaya, ¿a qué debo el honor? -Alfred le sonreía.
-Pues, verás... -dijo Laura bajándose del coche -tengo algo muy importante que contarte.
-¡Qué misteriosa! Pasa, tengo una estupenda y fresca limonada -dijo Alfred llevándola hacia el interior de la casa.
Sentados frente al amplio comedor y con un vaso de limonada en la mano, Alfred dijo:
-Bueno, tú dirás -la miraba divertido. Siempre le había gustado Laura, era una mujer muy alegre.
-Tengo un pequeño problema con el señor Curtis, ya sabes, el del segundo -mintió Laura.
-Es un poco gruñón, pero una buena persona, yo no me preocuparía. Si quieres, voy contigo y le hablo de lo estupenda que eres -rió Alfred.
-Bueno, ahora no puedo; he quedado con Sarah -volvió a mentir Laura.
-Sarah, ¿cómo está? -Alfred se puso serio.
-¿Con que te interesa? -pensó Laura. Quizá no estaba todo perdido...
-Bien, muy ocupada. No es fácil empaquetar tu vida en tres maletas -dijo Laura mirando de reojo a Alfred.
Su reacción no se hizo esperar:
-¿Cómo que empaquetando? -preguntó con ansiedad.
-Creí que lo sabías -le miró inocentemente -Sarah y Paul se van el viernes. Dice que no tiene sentido quedarse aquí.
-¿Es por lo de Taylor?
-¿Cómo? -ahora Laura era la que no entendía.
-Ya sabes, su relación -como veía que Laura no lo entendía, continuó -les vi besándose -su voz reflejaba una inmensa amargura.
-¡¿Qué?! ¡Pero si ella está enamorada de ti! -se le escapó a Laura. De inmediato, se tapó la boca con sus manos.
-¿Qué has dicho? ¿Enamorada? ¿De mí? ¿Y qué hay de Taylor? -Alfred estaba desconcertado, no entendía nada.
-Bueno, sí, yo... -Laura pensaba que había metido la pata. Por primera vez en su vida, se quedó sin palabras.
-Vamos a ver, Laura -Alfred paseaba nervioso de un lado a otro de la habitación -Yo mismo les vi besándose y ella me confesó que estaba con él.
-¿Que ella te dijo que estaba con él?
-Sí -aún le dolía recordar lo sucedido aquella tarde.
-¿Con esas palabras? -Laura estaba muy extrañada.
-Bueno, que había conocido a alguien y que.. -comenzó Alfred -Me rompió el corazón saber que estaba con Taylor.
-¡Madre mía, Alfred! Sarah no estaba, nunca ha estado con Steven Taylor, ¡qué va! Taylor la acosaba, no sabes cuánto ha sufrido todo este tiempo -Laura comprobó cómo el rostro de Alfred se desencajaba.
Él se dejó caer en uno de los amplios sofás. Se llevó las manos a la cabeza:
-Así que lo que yo vi era... ¡oh, Dios mío!¡¿Cómo he podido estar tan ciego?! ¿Cómo he sido tan idiota? ¡Pobre Sarah! Y pensar que la creí una interesada... No sabes cómo la he odiado.
Laura se sentó junto a él. Apartó las manos de su cara y con voz firme y segura, le dijo:
-Alfred, aún no es tarde. Si la quieres, ve a buscarla. Estoy segura de que ella está enamorada de ti.
-No puedo, Laura. ¿Cómo voy a explicarle todo lo que he creído de ella? ¡No puedo! -Alfred volvió a tapar su rostro con las manos.
Laura se levantó, estiró su falda y se dirigió a la puerta. En el umbral se giró y dirigiéndose a Alfred le dijo:
-Si la amas, si no quieres perderla, ya sabes lo que debes hacer. Tienes hasta el viernes -dio media vuelta y salió.
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ResponderEliminarAlso i have a video blog (VLOG) and write posts about fashion, and so on. (my video blog is in russian)
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with love, Polina
www.polinamuse.com
Llevo tiempo queriendo preguntarte: Abrá libro fisicamente??? sería una buena idea.
ResponderEliminarBs
me ha encantado esta lectura...
ResponderEliminarun abrazo!
http://self-dressed.blogspot.com
Hola Clara, pero que romantica eres sin duda una gran escritora,besos preciosa.
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